La localidad de Jugazan cuenta con uno de los monumentos históricos más antiguos del territorio: el dolmen de Curton (fechado entre el 2600 y el 2300 a. C., es decir, finales del Neolítico).
Este largo dolmen tipo callejón de Aquitania sirvió como entierro colectivo (se encontraron restos de individuos en el lugar). Está formado por caliza asteria, un tipo de roca muy común en Entre-deux-Mers, y cuya particularidad es contener fósiles (en particular de estrellas de mar).
Otro monumento emblemático de Jugazan es su iglesia, dedicada a San Martín, que es de base románica. Tiene una magnífica portada románica en la que se pueden ver representaciones de personajes humanos y divinos o incluso animales, peces y plantas. La iglesia fue, hasta mediados del siglo XVIII, propiedad de la abadía de La Sauve-Majeure.
El pueblo de Jugazan está atravesado por el arroyo Engranne (que es un afluente del Dordoña). La red hidrográfica de Engranne es un lugar Natura 2000 reconocido por la diversidad de su fauna, flora y paisajes.
